Los variados agentes
infecciosos que pueden producir diarrea se transmiten habitualmente por la vía
fecal-oral, es decir por la ingesta de agua o alimentos contaminados y también
por la contaminación directa de las manos.
El lavado de manos con jabón
interrumpe el ciclo de esta contaminación.
Las infecciones respiratorias
agudas, como la gripe o la neumonía, pueden evitarse con el lavado frecuente de
manos.
También los parásitos intestinales e algunas infecciones en la piel y
los ojos.
Esta sencilla práctica de
higiene es el modo más efectivo de cuidar nuestra salud.
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